Raül Romeva said at the beginning of his interrogation: "I deem myself to be a political prisoner"

Romeva: "No me marché porque lo que hemos hecho es lícito, legítimo e incluso legal"

Al igual que hizo Junqueras, el exconseller de Exteriores se ha declarado un "preso político"
Irene Vaqué Actualizado
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Juicio "procés"

"Me considero un preso político". Estas han sido las primeras palabras que el exconseller de Exteriores, Raül Romeva, pronunció en el juicio del ‘procés', en el que también ha defendido no haber cometido ningún acto ilegal:

"No me marché porque lo que hicimos el lícito, legítimo e incluso legal".

Su interrogatorio comenzó a las cuatro y media de la tarde de este martes, tras la declaración del exconseller de la Presidencia de la Generalitat, Jordi Turull.

Tal y como hizo el exvicepresidente Oriol Junqueras, Romeva respondió únicamente a las preguntas de su abogado, Andreu Van den Eynde. Lo hizo también sin ningún papel sobre la mesa, y coincidió también en presentarse, más allá de su trayectoria profesional, como un "preso político".

"En estos momentos soy diputat (diputado) en el Parlament de Catalunya suspendido de sus funciones por este tribunal. Y hoy hace 365 días que estoy en prisión, y por tanto, me considero un preso político".

Romeva se ha definido como "demócrata, republicano y europeista", y ha añadido también, siguiendo el hilo de Junqueras, que "circunstancialmente, soy independentista". Además, se ha reivindicado como un hombre de paz.  

"He militado siempre en la convicción de que la construcción de la paz es la mejor de las herramientas posibles, justamente, para construir comunidad. Lo he hecho en el ámbito privado, en el profesional, en el ámbito político, y es una de las razones que me han llevado a defender lo que he defendido y defiendo aún a día de hoy".

Romeva aprovechó la intervención para resaltar la "paradoja" de que él se siente en el banquillo de los acusados mientras Vox lo hace en el estrado, haciendo de acusación popular.

"Cuando digo que soy demócrata, republicano y europeísta, lo digo porque pongo de manifiesto unos valores por encima de una circunstancia temporal".

Y si me permiten, una paradoja: los que defendemos hoy estos valores tan importantes nos encontramos en el banquillo de los acusados, y en cambio los que amenazan de forma ostensible estos valores de la Europa de los derechos y libertades, se sientan en el estrado, entre las acusaciones".

 

 

 

El derecho a la autodeterminación

 

 

 

 

El exconseller resaltó que los tratados internacionales que ha firmado España incluyen el derecho de los pueblos a decidir su futuro, y subrayó que Catalunya se lanzó después de haberlo "intentado todo antes":

"Entre los muchos supuestos que han hecho que en los últimos años se ejerciese el derecho a la autodeterminación, hay uno que es especialmente significativo, que es el que lleva a defenderlo en la medida en que se ha intentado todo antes. Esto funciona muy bien en el caso que nos ocupa, que es el caso de Catalunya, porque es un ejemplo claro de hacer las cosas de otra manera sin ningún éxito, sin ninguna posibilidad de avance."

Romeva ha comentado que, siempre que ha concurrido a unas elecciones, el programa que defendía incluía el derecho a la autodeterminación. Explicó que en el mundo han habido 54 referéndums de autodeterminación desde el año 1991, de los cuales 26 se han hecho "sin el consentimiento del estado matriz".

En su opinión, un referéndum tiene encaje en la Constitución española: 

"La Constitución española en ninguno de sus artículos prohíbe explícitamente ejercer el derecho a la autodeterminación. Es cuestión de voluntad política. Esto es el principipo democrático tal como lo vemos. Y nosotros no lo hemos inventado. Este principio emerge de unos colegas suyos, del Tribunal Supremo de Canadá, en una sentencia del año 98, en relación con el Quebec."

 

 


De federalista a independentista

El exconseller ha relatado su viraje desde el federalismo hasta "subirse al barco del independentismo", a raíz de la sentencia del Estatut, porque considera que "rompió el pacto constitucional del 78". Romeva describió la sentencia del Constitucional del 2010 como una "ruptura emocional":

"Las acusaciones apuntan un relato basado en unos hechos, pero obvian el más importante, el central, que es cómo esta sentencia del TC afectó en lo más íntimo de sus emociones a mucha gente. Si esto no se entiende, es imposible comprender porqué hoy hay 72 diputados y diputadas en el Parlament que defienden la independencia, cuando hace 5, 10 o 15 años eran solo un grupúsculo".

Romeva argumentó que siempre ha buscado el diálogo, pero subrayó a su vez que "para llegar a acuerdos, hemos de hablar". Y añadió que el diálogo ha de ser en el marco político, y no en el judicial.

"Cuando nos encontramos ante una situación de confrontación de legitimidades, lo más sensato y democrático es negociar. Pero negociar en el ámbito político, no en una sala penal. Negociar políticamente, entre actores políticos, y encontrar consensos y acuerdos entre actores políticos."


"Manifestarse no es alzarse"

 

"Rotundamente, no". De esta manera ha contestado el exconseller cuando su abogado le ha preguntado si alguna vez aceptó el uso de la violencia o la intimidación para conseguir el objetivo del derecho a la autodeterminación.

"Rotundamente no. Nunca, nunca hemos incitado a la violencia".

Romeva explicó que el 20S se encontraba en Madrid, y, por tanto, no vivió directamente la concentración ante el Departament d'Economia, pero la defendió como una forma de protesta pacífica:

"Manifestarse no es alzarse. De la misma forma que protestar no es un tumulto. Y que opinar no es un delito, que yo sepa."

Consideró que es "pernicioso" que se les acuse de rebelión cuando "las únicas armas" han sido "las de la Guardia Civil":

"Nunca por métodos violentos, y mucho menos utilizando armas. Lo digo porque es la definición que se utiliza para acusarnos de rebelión y de alzamiento. Per es que las únicas armas que ha habido han sido las de la Guardia Civil. Ninguna otra. Por tanto, creo que es absolutamente pernicioso pretender que haya un alzamiento cuando los hechos demuestran exactamente lo contrario."

También rechazó las acusaciones de malversación del departamento que dirigía y se ha preguntado cómo se les puede sentar en el banquillo por unas conferencias:

"La mayoría de las acusaciones que se nos hacen, o por las cuales se nos imputa un mal uso de los recursos públicos, tienen que ver con conferencias, con participación en debates, ponencias, como la conferencia que hicimos en el Parlamento Europeo.

¿Cómo puede ser ilícito hacer una conferencia en el Parlamento Europeo?"


Llamamiento a la participación el 1-O: "Era nuestra obligación" 

El exconseller de Exteriores ha admitido que el Govern llamó a la participación en el referéndum del 1 de octubre, justificando que era lo que tenían que hacer, y que estaban decididos a respetar el resultado, fuese el que fuese:

"Por descontado. Era nuestra obligación, a la movilización libre y obviamente no partidista. (...) No solo apelamos a la participación, nos comprometimos a respetar el resultado, fuese el que fuese."

Romeva destacó que el 1-O vio violencia, pero "nunca por parte de la ciudadanía, siempre por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado", y calificó de antidemocrática la actuación policial:

"El comportamiento de ese día no se encuadra en absoluto en el comportamiento de lo que deberíamos entender como una policía democrática en un país democrático."

El extitular de Exteriores manifestó que la declaración de independencia sirvió para "reiterar" la necesidad de una negociación política:

"Se votó una resolución sobre la independencia de Catalunya sobre la base del mandato emergido de la elecciones del 27 de septiembre de 2015 y el 1 de octubre de 2017. A partir de aquí, reiteramos una vez más la necesidad de iniciar un proceso de negociación para dar salida a esta declaración, a este mandato político."

Romeva finalizó el interrogatorio pidiendo al Tribunal Supremo que "devuelva la carpeta" a los políticos, a los que "les corresponde solucionar el problema".

Durante la mañana, el exconseller de la Presidencia, Jordi Turull, se sometió al interrogatorio del fiscal Javier Moreno, y también de la abogada del Estado Rosa María Seoane.

El interrogatorio más largo fue el de Moreno, que se centró en el intento de fundamentar las acusaciones de desobediencia malversación, a pesar de que la principal acusación es la de rebelión.
 

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Jordi Turull Raül Romeva Juicio "procés"
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